jueves, 6 de noviembre de 2008

Desde los afectos - Daniel Ruso

DESDE LOS AFECTOS

¿Cómo hacerte saber que siempre hay tiempo?
Que uno solo tiene que buscarlo y dárselo.
Que nadie establece normas salvo la vida.
Que la vida sin ciertas normas pierde forma.
Que la forma no se pierde con abrirnos.
Que abrirnos no es amar indiscriminadamente.
Que no está prohibido amar.
Que también se puede odiar.
Que el odio y el amor son afectos.
Que la agresión porque sí, hiere mucho.
Que las heridas se cierran.
Que las puertas no deben cerrarse.
Que la mayor puerta es el afecto.
Que los afectos nos definen.
Que definirse no es remar contra la corriente.
Que no cuanto más fuerte se hace el trazo más se dibuja.
Que buscar un equilibrio no significa ser tibio.
Que negar palabras implica abrir distancias.
Que encontrarse es muy hermoso.
Que el sexo forma parte de la vida.
Que la vida parte del sexo.
Que el ¿por qué? de los niños tiene un porqué.
Que querer saber de alguien no es sólo curiosidad.
Que querer saber todo de todos es curiosidad malsana.
Que nunca está de más agradecer.
Que la autodeterminación no es hacer las cosas solo.
Que nadie quiere estar solo.
Que para no estar solo hay que dar.
Que para dar debemos recibir antes.
Que para que nos den también hay que saber cómo pedir.
Que saber pedir no es regalarse.
Que regalarse es en definitiva no quererse.
Que para que nos quieran debemos demostrar que somos,
Que para que alguien sea hay que ayudarlo.
Que adular no es ayudar.
Que adular es tan pernicioso como dar vuelta la cara.
Que las cosas cara a cara son honestas.
Que nadie es honesto porque no robe.
Que el que roba no es ladrón por placer.
Que cuando no hay placer en las cosas no se está viviendo.
Que para sentir la vida no hay que olvidarse que existe la muerte.
Que se puede estar muerto en vida.
Que se siente con el cuerpo y con la mente.
Que con los oídos se escucha.
Que cuesta ser sensible y no herirse.
Que herirse no es desangrarse.
Que para no ser heridos levantamos muros.
Que quien siembra muros no recoge nada.
Que casi todos somos albañiles de muros.
Que sería mejor construir puentes.
Que sobre ellos se va a la otra orilla y también se vuelve.
Que volver no significa retroceder.
Que retroceder también puede ser avanzar.
Que no por mucho avanzar se amanece más cerca del sol.

... Cómo hacerte saber que nadie establece normas salvo la vida.

Daniel Ruso

Lo que no se dobla se quiebra...

Dicen que lo que no se dobla se quiebra...
pero a veces,
no se quiebra por tener más entereza,
y otras veces,
la flexibilidad no es buena porque se pierde la forma.

Adriano - '2000

SI - Rudyard Kippling

SI

Si puedes mantenerte sereno, cuando todos,
a tu lado te culpan, zahieren y condenan;
Si en ti mismo confías cuando todos de ti dudan
y a sus frases mordaces le guardas indulgencia;
Si no te cansa e irrita la espera prolongada,
ni el influjo te alcanza de la falsía cruenta;
Si te profesan odio mas no guardas agravio,
ni el más bueno te crees, ni de sabio alardeas.

Si la verdad que un día valiente sostuviste,
hoy contra ti se torna convertida en traición;
Si puedes ver destruido todo aquello que has hecho,
para comenzar de nuevo con el mismo tesón.
Si amar puedes tu obra y exponerla al peligro
y al instante sentir perderla sin sentir desazón.
Si en ti ese duro trance sereno te mantienes,
ni te irritas, ni enervas, ni sientes un rencor.

Si a la plebe te mezclas y tu virtud no amengua;
Si con reyes alternas sin perder tu humildad;
Si amigos o enemigos pueden herirte el alma,
y todos de ti buscan ansiosos tu amistad;
Si puedes soñar y no hacer de los sueños tu amo;
Si puedes pensar sin que el pensamiento sea tu ideal;
Si puedes con el triunfo y la derrota hallarte,
y a ambos impostores tratar de modo igual.

Si puedes obligar a tu corazón y tus nervios,
a obedecerte ciegos cada vez que es preciso
y firmes los mantienes cuando sólo en ti existe
la voluntad que ordena: ¡Cumple tu destino!
Y si el inexorable minuto llenar puedes
en sus sesenta segundos que hay de recorrido;
Tuya es la tierra y cuanto existe en ella.
Y lo que vale más ¡eres un hombre, hijo mío!..

Rudyard Kippling

sábado, 18 de octubre de 2008

El Gozo Perfecto - por Chuang Tzu - Siglo III A.C.

EL GOZO PERFECTO

¿Existe sobre la tierra una plenitud de gozo, o acaso no existe tal cosa? ¿Existe alguna manera de hacer que la vida sea realmente digna de vivirse, o es imposible? Si existe esa manera de vivir… ¿cómo es posible encontrarla? ¿Qué debemos hacer? ¿Qué debemos intentar evitar? ¿Cuál debería ser la meta en la que nuestra actividad llega a su fin? ¿Qué debemos aceptar? ¿Qué debemos negarnos a aceptar? ¿Qué debemos amar? ¿Qué debemos odiar?
Lo que el mundo valora es el dinero, la reputación, la larga vida, los logros. Lo que considera goce es la salud y el bienestar del cuerpo, la buena comida, la buena ropa, las cosas bellas para ver o música agradable que escuchar.
Lo que condena es la falta de dinero, un rango social bajo, la reputación de no valer para nada y la muerte temprana. Lo que considera desgracia es la incomodidad corporal, el trabajo pesado, la falta de oportunidad de hartarse de buenas comidas, no tener ropas elegantes, no tener medios para entretener o deleitar la vista, o música agradable para oír.
Si la gente se encuentra privada de estas cosas, entra en pánico o desesperación. Está tan preocupada por su vida, que su ansiedad se le hace insoportable, incluso cuando tiene todo lo que cree desear. Su propia preocupación por divertirse la hace infeliz.
Los ricos hacen tolerable la vida, esforzándose por conseguir cada vez más dinero, que en realidad no pueden usar. Al hacer esto, quedan alienados de sí mismos y se agotan a su propio servicio, como si fueran esclavos de alguna otra persona.
Los ambiciosos corren día y noche en persecución de honores, constantemente angustiados por el éxito de sus pares, temiendo el error de cálculo que lo pueda echar todo a perder. Así están alienados de sí mismos, agotando su vida real al servicio de una sombra creada por su insaciable esperanza.
El nacimiento del hombre es el nacimiento de su dolor.
Cuanto más tiempo se vive, más estúpido se vuelve, porque la ansiedad por evitar la inevitable muerte se hace cada vez más aguda. ¡Qué amargura! ¡Se vive para algo que está siempre fuera del alcance! La sed de supervivencia en el futuro lo incapacita para vivir en el presente.
¿Y qué hay de esos líderes y los eruditos que tanto se sacrifican? Son honrados por el mundo, porque son hombres buenos, rectos y sacrificados. Y aún así su buen carácter no los preserva de la infelicidad, ni siquiera de la ruina, la desgracia o la muerte. ¡Me pregunto en este caso si su “bondad” es realmente tan buena después de todo! ¿No será una fuente de infelicidad?
Supongamos que admitimos que son felices. ¿Pero es acaso algo alegre tener un carácter y una carrera que llevan finalmente a la propia destrucción? Por otra parte, ¿puede llamárseles “infelices” si al sacrificarse salvan las vidas y fortunas de otros?
¡Tomemos el caso del Ministro que, consciente y rectamente se opone a una decisión injusta de su rey! Algunos dicen: “Di la verdad y si el rey se niega a escuchar, déjalo que haga lo que quiera. Ya no tienes tú mayor compromiso.”
Por otra parte, es como Tzu Shu, que por oponerse a la injusta política de su soberano, fue consecuentemente destruido. Pero si no se hubiera alzado por lo que consideraba que era correcto, su nombre no sería honrado como lo es. De forma que ésta es la cuestión: ¿habrá de considerarse “bueno“ el camino que siguió, si al mismo tiempo le fue fatal?
No puedo decir si lo que las personas consideran “felicidad” es felicidad o no. Lo único que sé es que cuando considero la manera en que buscan conseguirla, los veo arrastrados de cabeza, adustos y obsesionados por la marea general del rebaño humano, incapaces de detenerse o de cambiar de dirección, mientras continuamente afirman estar a punto de alcanzar la felicidad.
Por lo que a mí respecta, no puedo aceptar sus parámetros, ya sean de felicidad o de infelicidad. Me pregunto si después de todo, su concepto de felicidad tiene algún significado.
Mi opinión es que nunca se encuentra la felicidad hasta que se deja de buscarla. Mi mayor felicidad consiste precisamente en no hacer absolutamente nada pensando en obtener la felicidad; y éste, según el criterio de la mayor parte de la gente, es el peor de los caminos posibles.
Me remito al dicho de que: “El goce perfecto, es carecer de él. La alabanza perfecta, es carecer de alabanzas.”
Si preguntáis “qué hacer” y “qué no hacer” sobre la tierra para obtener la felicidad, yo contesto que estas preguntas no tienen respuesta. No hay forma de determinar tales cosas. Y aún así, al mismo tiempo, si dejo de buscar la felicidad; el “bien” y el “mal” resultan inmediatamente evidentes por sí mismos. El contento y el bienestar se hacen posibles al instante, en el momento en que se deja de actuar con ellos en la mente; y, si se practica el no hacer; se consigue tanto la felicidad como el bienestar.

Chuang Tzu - Maestro Taoísta - Siglo III A.C.

La busqueda de la felicidad

"La busqueda de la felicidad no ha hecho feliz a nadie"

Pierre Rey
Periodista (paciente de Jacques Lacan)

Genesis - Por Quino


La gran simplicidad


En la Gran Simplicidad
se encuentra el comienzo
de las cualidades esenciales.

Cuando sustancia, forma y
cualidades esenciales están todavía
Indistinguiblemente
mezcladas entre sí,
se le llama caos.

Significa que todas las cosas
están entremezcladas
y todavía no se han separado
una de otra.

Los elementos más puros
y los más livianos
tendiendo hacia arriba,
hicieron El Cielo;
los más gruesos y pesados,
tendiendo hacia abajo,
hicieron La Tierra.

Sustancia,
armoniosamente proporcionada,
se transformó en hombre;
y así, en el Cielo y la Tierra
conteniendo un elemento espiritual, todas las cosas evolucionaron
Y se produjeron...

Lieh Tzu - 350 aC